Cobá es uno de los sitios arqueológicos más antiguos de la Península de Yucatán, la evidencia sugiere que fue construido entre el 50 a. C. y el 100 d. C. En su apogeo, del 500 al 900 d.C., esta importante ciudad maya fue el hogar de más de 50.000 habitantes. En ese tiempo, alcanzó una extensión territorial de más de 70 km2 y contenía más de 6.500 templos, algunos de los cuales aún podemos observar hoy, mientras que otros, después de siglos de abandono, han sido completamente recuperados por la naturaleza.

Pero basta con los números: lo que más nos gusta de Cobá es el hecho de que está bellamente situado en la jungla. Los senderos nos llevan a través de árboles altos y plantas en todos los tonos posibles de verde, y el follaje proporciona una sombra agradable. Además, la selva también ofrece hogar a muchos animales: a veces tenemos la suerte de avistar monos, lagartos, serpientes, pavos salvajes, abejas mielíferas y otros animales.

Un guía de la comunidad local maya nos acompañará y nos enseñará sobre la historia detrás del sitio arqueológico de Cobá, así como las costumbres y tradiciones del pueblo maya. Podemos dar un paseo, andar en bicicleta o montar un "trici taxi", para llegar a la atracción principal, la Pirámide Nohoch Mul ("Gran Montículo"). Tiene una altura de 42 metros, lo que lo convierte en uno de los edificios más altos del territorio maya. ¡No debes perderte subir (parte de) los 120 escalones de piedra! Si logras subir a la cima, serás recompensado con impresionantes vistas de la exhuberante jungla maya.

En este punto probablemente estaremos acalorados y sudorosos, así que es hora de refrescarnos en un hermoso cenote a las afueras del pueblo de Cobá.

Después de caminar, andar en bicicleta, escalar y nadar, repondremos nuestras energías tomándonos un merecido descanso con un almuerzo típico de Yucatán.

Por la tarde nos dirigimos al pueblo de Punta Laguna, a la reserva Otoch Ma’ax Yetel Kooh (que se traduce como "Hogar del mono y el puma" en maya). Esta gran área protegida de 5,000 hectáreas tiene una de las concentraciones más grandes de monos araña y un grupo más pequeño de monos aulladores de la región.

La reserva es administrada por familias mayas que están a cargo de la conservación del área, ellos serán nuestros guías locales quienes conocen todos los senderos en la selva para el avistamiento de los monos. De hecho, pueden reconocer a los monos individualmente y saber a qué familias pertenecen. Tenga en cuenta que estos monos son completamente salvajes, no son alimentados por humanos y no bajarán de los árboles para jugar con nosotros. A veces puede ser necesario un poco de caminata antes de encontrarlos, así que prepárate para una aventura a pie con obstáculos (de vez en cuando es posible que tengamos que trepar por un árbol caído).

Durante este recorrido, podrás experimentar una ceremonia de purificación maya con copal , un tipo de incienso que es sagrado para los mayas y se usa ampliamente en ceremonias rituales. Como opción adicional, puedes explorar la laguna desde el agua remando en una canoa, y las personas más aventureras pueden usar una tirolesa corta sobre la laguna.